lunes, 8 de noviembre de 2010

Obama, ¿bailas conmigo?

La victoria republicana en el congreso de Estados Unidos pone una nueva piedra en el camino del gobierno americano. Dos de cada tres observadores dan por hecho que nos esperan tiempos difíciles de parálisis o bloqueo en la política estadounidense. Empieza un nuevo baile en la política estadounidense.

Gridlock es el término que se utiliza en este tipo de baile mal acompasado en el que el señor republicano pisa repetidamente los pies de la dama demócrata para impedir el baile. Gridlock se puede definir como punto muerto o embotellamiento.

Pero, ¿Cuál es la causa de esta división entre demócratas y republicanos? Según Edgar Luce, uno de los mejores conocedores de los EEUU. “No se trata sólo de una división radical entre las agendas de los dos grandes partidos. Es racial, porque 9 de cada 10 africano-americanos votaron a los demócratas y 8 de cada 10 blancos a los republicanos. Y es demográfica, porque la mayor parte de la población mayor de 40 años y de zonas rurales votó a los republicanos, mientras que los más jóvenes y los centros urbanos optaron por los demócratas”

Es indudable que el Tea Party ha tenido una influencia determinante en estas elecciones al congreso. Es interesante desentrañar este movimiento que, sí actúan como una fuerza organizada y con un liderazgo claro, su influencia será imparable. El único peligro que corre es caer en las manos de alguno de los dos partidos, en cuyo caso, su fuerza se diluirá.

Emely Ellins (escribe su tesis sobre el Tea Party para la universidad de UCLA) es una de las personas que mejor conoce este movimiento ya que siguió durante meses a miles de sus miembros y ha realizado un perfil completo del movimiento:

1. Dos tendencias un objetivo:
     a. Conservadores.
     b. Libertarios.

2. ¿Qué les une?
     a. Un 80% ven Fox
     b. 58% se informan a través de Internet.
     c. Voto a Mccain
          i. 75% de los libertarios
          ii. 90% de los conservadores
     d. Casi todos son blancos
     e. Sueldos:
          i. $50.000 (libertarios)
          ii. $70.000 (conservadores)
     f. Más de la mitad tienen estudios universitarios
     g. ¾ tienen entre 40 y 70 años.

No hay que perder la percepción de que la idea de echarles el lazo es cuando menos muy tentadora por parte de los dos partidos, y de echárselo son los republicanos tienen las de ganar. Pero, si se les domestica dejarían de tener fuerza y morirían enjaulados.

El panorama americano es por lo tanto complicado y a la vez muy colorido. Ahora bien, ¿que pasará con todos los temas que sin duda se van a tener que tocar y que en algunos de ellos está en juego el propio Obama?:

1. Política exterior: Según publica John Norris en la revista Foreign Policy “La izquierda más progresista del partido demócrata y la mayoría de los nuevos legisladores del Tea Party coinciden, por ejemplo, en cuestiones esenciales de la política exterior que podrían facilitar mayorías imprevistas para acelerar la retirada de Afganistán e Irak”

2. Reforma sanitaria: Obama tendrá que ceder y realizar cambios en su buque insignia. La realización de su obra pasa por un filtro triturador que lo puede hacer trizas. El presidente americano va a tener que ser muy flexible para llevar su barco a buen puerto.

3. El 1 de enero acaban los más que discutidos beneficios fiscales que otorgo Bush a los más ricos. ¿Qué va a pasar con eso?

4. El objetivo común de recortar las importaciones de petróleo puede facilitar acuerdos sobre inversiones en gas natural, el sector nuclear y el coche eléctrico. Podemos despedirnos de avances en la lucha contra el cambio climático.

No será fácil, pero el fantasma del 'gridlock', si se produce, será diferente del que asoló Washington en 1995. Dos no bailan si uno no quiere, pero el futuro no está escrito. Obama no es Clinton ni los republicanos de entonces son los republicanos y el Tea Party de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario