jueves, 23 de febrero de 2012

Andalucía a una carta

El año 2011 supuso un cambio general de color en el panorama político español. El Partido Popular obtuvo el mayor respaldo histórico y se ganaron Comunidades Autónomas que, tradicionalmente, eran feudo socialista. Se incrementó considerablemente el poder municipal y se obtuvo una más que holgada mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. Podríamos decir que el 2011 fue el año del PP.

Ya entrados en el 2012, nos encontramos con dos elecciones autonómicas. Asturias, a la que dedicaremos un post más adelante, y Andalucía. Todas las encuestas dan una clara mayoría absoluta al PP en Andalucía, lo que permitiría a Javier Arenas ser Presidente de la Junta después de muchos años de trabajo y miles de kilómetros recorridos por los pueblos y ciudades andaluces.

El juego a está a una carta. La pepeleta electoral. Mientras el PSOE intenta desprestigiar la labor del Gobierno de Moncloa y de los gobiernos regionales del PP, los populares deberán seguir el camino de las propuestas, hechos y acciones que beneficien a los andaluces. En un post anterior hablábamos de la política del retrovisor, y por lo que parece, la estrategia socialista se enmarca en sacar balones fuera y procurar quitar el foco a todo lo que está pasando y ha pasado durante sus mandatos: fondo de reptiles, favoritismos, corruptelas, .... Procurarán la búsqueda de algún golpe de efecto que les lleve a remontar en las encuestas y obtener un mejor resultado.

Mientras el PP se mantiene unido alrededor de la figura de Arenas, el último congreso del PSOE nos muestra cómo la federación andaluza está quebrada y rota. La unidad de un partido frente a la ruptura de otro. Y mientras esto sucede, IU gana posiciones y consolida su electorado. La "fractura" del voto de izquierdas y la posible entrada de UPyD y del PA conformarían un nuevo escenario. El nuevo reparto de la tarta, por la ley electoral, tiene sus claros beneficiarios fundamentalmente en la provincia de Málaga.

La precampaña está muy avanzada. Casi todas las cartas de los partidos están descubiertas. Ahora sólo falta que llegue la carta final: el día y la noche electoral.


Jesús Javier García de Vicuña para Intelligence Compass

miércoles, 22 de febrero de 2012

La Política del retrovisor

La noche electoral marca el comienzo de algo o el final de una época. A las semanas se conforma el nuevo gobierno y... muchas veces, olvidamos lo que queríamos hacer, los deseos que vendíamos a los ciudadanos, la ilusión, proyectos, bienestar,... porque analizamos lo que debían haber hecho los que ya se han ido.

Está muy extendida la falsa creencia de que cuanta más "mierda" saques del anterior equipo de gobierno mejor le va a uno mismo. En ciertos círculos de gente relacionada con la comunicación gubernamental es una práctica muy extendida. Y no por ello acertada.

Los vendedores de humo buscan golpes de efecto cuando realizan su trabajo. Al fin y al cabo, el humo es algo que, de por si no tiene nada de valor, pero cuando necesitan un nuevo contrato, un reconocimiento,... sacan esa varita mágita que agitan con fuerza y... voilá!! Golpe de efecto.

Estos vendedores de humo trabajan en son del efecto. Es aquí donde está más extendida la política del retrovisor. Si no tengo nada que ofrecer o no sé cómo ofrecerlo, trabajo porque todos miren atrás y mis carencias desaparecen de nuevo...voilá!! Golpe de efecto.

Pero llegan los problemas: incoherencias, contradicciones, ausencia de políticas activas, ... Si miramos hacia atrás no trabajamos por el futuro. Los ciudadanos votan y votan por un ideal de futuro, una aspiracionalidad, unas promesas, mayor bienestar,... NUNCA votan para que se mire lo que hizo el del partido contrario. Si estás ahí es porque ellos han querido. Ellos son ciudadanos que han confiado en ti con lo que deja de mirar hacia atrás y pon encima de la mesa aquello por lo que te han votado. Piensa en esa palabra tan manida en campañas electorales y en lo que significa. Hablamos de la CONFIANZA



Jesús Javier García deVicuña para Intelligence Compass

jueves, 2 de febrero de 2012

Don Alfonso Nieto

Tuve la oportunidad, la suerte vista con el paso de los años, de ser uno de los miles de alumnos que tuvo D. Alfonso Nieto en sus aulas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Digo uno de los miles por la cantidad de años que estuvo impartiendo clases pero, por lo menos en mi caso, te hacía sentir como si fueras el único al que daba clase.

Desde que llegué a la Facultad en el año 95, eran comunes los comentarios sobre la temida asignatura de "Empresa Informativa" que impartía D. Alfonso y cómo cuadrar "el balance". Le veías pasear por el campus, con paso decidido, parando con todo aquel que se encontraba a su paso. Sabías que había sido el precursor de la Facultad de Comunicación y que por sus "manos" habían ido pasando los grandes líderes de la comunicación en España en ese momento. Pero era normal, nada engreído y muy cercano. Había quienes le llamaban el "gurú" por haber anticipado muchas de las cosas que, con el tiempo, fueron sucediendo. Cuando preguntabas por él, todo eran alabanzas a pesar de ser un profesor duro y exigente.

En el año 97, tercero de carrera, empezó su asignatura. Llegaba puntual, germánico. Sus clases eran amenas y muy interesantes. La asignatura complicada. La exigencia elevada. El libro era aquel sólo comparable con el que tuvimos en cuarto de Marketing. Números, balances, organización,... ¿Y para qué nos sirve todo esto? Nos preguntábamos unos cuantos. Años más tarde tuve la respuesta: de mis años en Pamplona sólo conservo unos pocos libros, y uno de ellos es el libro de Empresa de D. Alfonso Nieto.

Aquel tercero de carrera tuve un pequeño problema académico con él, grande en aquel momento para mi, que no viene al caso pero hizo que me demostrara su enorme humanidad, su cercanía y su cariño. Me dijo muchas cosas y me habló del futuro. Me hizo ver lo importante que era todo lo que contenía su libro para mi propio desarrollo profesional y personal. Cuando salí de su despacho, el problema parecía que no existía. Me había convencido a pesar de que nos volveríamos a ver en septiembre!

Coincido con muchos de mis amigos de aquellos años universitarios en que hay profesores que dejan huella por muy exigentes que hayan sido. Cuando lo recordamos, Don Alfonso Nieto siempre sale entre ellos.



Miguel Ibabe Botella, alumno de D. Alfonso Nieto en el curso académico 1997-1998