viernes, 8 de octubre de 2010

Ya estamos en campaña

Llega la hora de la verdad, la precampaña de las elecciones municipales. El nerviosismo en los pasillos, los preparativos, las encuestas, los sondeos, las listas, las disputas para ocupar el número uno, amiguismos y partidismos. Este bosquejo entramado, diferente al de la operación Malaya, no deja entrever lo más importante en la política municipal que el votante vota a quien mejor gestión de lo público le ofrece. Se gobierna sólo para el pueblo y sólo para él o el político necesita el pueblo para gobernar y luego su preocupación es que no esté descontento. Es un peaje o es una pasión servil. El político sirve al pueblo o se sirve de él. En este punto es preciso validar la importancia de una herramienta que es el Geomarketing político y electoral. 

Las ventajas del Geomarketing son numerosas: geolocalizar las zonas duras del voto duro o blando; la geolocalización de la abstención. Es prioritario conocer en qué zonas se debe geolocalizar la campaña y las acciones publicitarias. En qué zonas es preferible una campaña blanda para no movilizar el voto de nuestro adversario político. En qué zonas no merece la pena invertir ni tiempo ni dinero porque la incidencia de las acciones políticas no es relevante. Al mismo tiempo puede medirse, para quienes están gobernando, la acogida de su gestión en ese barrio. Cuestiones tan obvias como: ¿Qué mensajes debo emitir en esta zona? ¿Compensa una campaña en la calle en esta zona? ¿De qué modo activar nuestro voto blando de una zona en la que no se ven ganadores? ¿Merece la pena hacer ruido en una zona de voto duro de otro partido, provocando que vayan en masa a votar? ¿Campaña de perfil duro o blando?  Esta herramienta cuenta, además, con los entresijos y las variantes de la ley D’hont como elemento importante a tener en cuenta. La ley electoral española, guste o no guste, bien empleada por los partidos es fuente de éxito. 

El Geomarketing lo que permite es una campaña inteligente, economizar esfuerzos, rentabilizar los escasos recursos económicos invertidos en imagen pública. Se ha acabado el pan para todos. Esta herramienta contribuye especialmente a la cercanía con el ciudadano con un diseño de campaña geolocalizando el interés del votante. Puede parecer que, en el fondo, es un juego; que los políticos enredan con el ciudadano y lo único que buscan es tener una buena imagen. Quizás para ganar las elecciones sea suficiente crear el perfil de buen político o de gestor preocupado por el pueblo. Quizás la política sea una utopía.

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