A los 100.000 afectados con la subida del IRPF sí que les ha tocado el realismo del presupuesto, en sus propias carnes lo sufrirán. La política redistributiva de la izquierda vuelve a relucir: que los que más cobren, paguen más. Esto siempre ha sido así y si nadie lo cambia seguirá así por los siglos de los siglos. No preocupa al Estado esta situación porque consideran que como ya ganan suficiente, que contribuyan más no les va a doler. Error, doler duele igual porque el bolsillo es el bolsillo y si no que se lo pregunten a los imputados en el caso Malaya. ¡Qué vergüenza!
De todas formas, el verdadero realismo es que el modelo impositivo no se ha alterado, nadie se cuestiona que no deba continuar, pero quizá sea preferible modificar algunos parámetros. A lo mejor es más sensato que se procure que la contribución del IRPF sea en función del grado de aportación productivo al PIB. Hay un dato que es realista el 45,2 por ciento del presupuesto se destinará al pago de pensiones (el 35,5 por ciento del total) y el (9,7 por ciento) a las prestaciones por desempleo. En este sentido las pensiones se perciben por años cotizados y según la cotización, pero no según la aportación al PIB, más de lo mismo. En el fondo, papa Estado cuida de sus hijos, pero éstos como saben que papa Estado no les va a abandonar, prefieren no producir. Señores cuando vamos a cambiar el modelo productivo, esa es la clave.
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