viernes, 1 de octubre de 2010

PRESUPUESTOS 2011. UNA REALIDAD

Los presupuestos fueron aprobados por un solo voto, menos mal que nadie se ausentó. Se repite la historia: apoyan los de siempre y se oponen quienes les toca interpretar ese papel. La oposición presenta enmienda a la totalidad porque para ellos el gobierno no hace nada bien y los que osadamente lo aprueban, reiteran que no les queda otro remedio, que no les gusta el presupuesto, que ellos harían otro, pero que en beneficio de todos han decidido aprobarlos. Ojo, en beneficio de todos no, porque este presupuesto aprueba el incremento en el IRPF al 44% para quienes cobran más de 120.000 €, una subida de dos puntos y otro punto hasta el 45 % para quienes su renta es superior a 175.000 €. Se calcula que el número de afectados son 100.000. La vicepresidenta afirma que son unos presupuestos realistas. ¿A qué se refiere con realistas? Lo que nos inquieta es si el año que viene seremos menos pobres que hoy, claro, sin contar que nuestro sueño se haga realidad y nos toque el gordo en Navidad y colorín colorado, dejemos de trabajar.

A los 100.000 afectados con la subida del IRPF sí que les ha tocado el realismo del presupuesto, en sus propias carnes lo sufrirán. La política redistributiva de la izquierda vuelve a relucir: que los que más cobren, paguen más. Esto siempre ha sido así y si nadie lo cambia seguirá así por los siglos de los siglos. No preocupa al Estado esta situación porque consideran que como ya ganan suficiente, que contribuyan más no les va a doler. Error, doler duele igual porque el bolsillo es el bolsillo y si no que se lo pregunten a los imputados en el caso Malaya. ¡Qué vergüenza!

De todas formas, el verdadero realismo es que el modelo impositivo no se ha alterado, nadie se cuestiona que no deba continuar, pero quizá sea preferible modificar algunos parámetros. A lo mejor es más sensato que se procure que la contribución del IRPF sea en función del grado de aportación productivo al PIB. Hay un dato que es realista el 45,2 por ciento del presupuesto se destinará al pago de pensiones (el 35,5 por ciento del total) y el (9,7 por ciento) a las prestaciones por desempleo. En este sentido las pensiones se perciben por años cotizados y según la cotización, pero no según la aportación al PIB, más de lo mismo. En el fondo, papa Estado cuida de sus hijos, pero éstos como saben que papa Estado no les va a abandonar, prefieren no producir. Señores cuando vamos a cambiar el modelo productivo, esa es la clave.

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