Este fin de semana, hemos podido apreciar cómo el Presidente del Gobierno ha estado oculto detrás de sus ministros en el caos creado por los controladores aéreos.
Hemos escuchado cómo nos decían que no era necesario que fuera el Presidente del Gobierno quien diera la cara frente al caos, que con la presencia mediática de Blanco y Rubalcaba bastaba para hacer frente a esta crisis. Crisis que ha dañado, una vez más, la imagen de la marca España en el extranjero. Crisis que ha marcado, de nuevo, improvisación.
El Gobierno se reformó buscando, entre otras cosas y según ellos, una mejora en la comunicación hacia los ciudadanos. Según nos decía, las cosas se estaban haciendo bien pero no se estaban comunicando como merecían ni el mensaje estaba calando en la sociedad. Sea como fuere, esta crisis ha marcado, de nuevo, que existe una falta de claridad en la comunicación gubernamental.
En la comunicación empresarial, cuando aparece una crisis (de tipo que sea) buscamos la información en el lider de la empresa afectada. El dar la cara a tiempo y comunicar con claridad la situación así como las soluciones a esta crisis marca la diferencia en la excelencia en comunicación. Excelencia que no ha tenido el gobierno de España al dejar a Zapatero oculto detrás de sus ministros. Este tipo de ocasiones, bien aprovechadas, puede dar un rédito positivo muy importante a la imagen de un líder. Pero, con esto nos surge una duda, ¿es ZP verdaderamente un líder?
Imaginamos que han recibido asesoramiento de gente formada y experimentada en comunicación de crisis. Nosotros, por nuestra parte, nos hemos puesto en contacto con varios profesionales de esta rama de la comunicación y todos nos han manifestado lo mal gestionado que ha estado este asunto. El que no haya aparecido Zapatero en todo el fin de semana le pasará factura en un momento u otro.
Correrán ríos de tinta con este problema que se podría haber atajado hace unos meses. Pero lo que debemos plantearnos es si el gobierno ha estado a la altura de las circunstancias y si esa protección a Zapatero ha sido para paliar la falta de credibilidad que, hoy por hoy, y con la crisis económica tiene nuestro Presidente del Gobierno.
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