Tuve la oportunidad, la suerte vista con el paso de los años, de ser uno de los miles de alumnos que tuvo D. Alfonso Nieto en sus aulas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Digo uno de los miles por la cantidad de años que estuvo impartiendo clases pero, por lo menos en mi caso, te hacía sentir como si fueras el único al que daba clase.
Desde que llegué a la Facultad en el año 95, eran comunes los comentarios sobre la temida asignatura de "Empresa Informativa" que impartía D. Alfonso y cómo cuadrar "el balance". Le veías pasear por el campus, con paso decidido, parando con todo aquel que se encontraba a su paso. Sabías que había sido el precursor de la Facultad de Comunicación y que por sus "manos" habían ido pasando los grandes líderes de la comunicación en España en ese momento. Pero era normal, nada engreído y muy cercano. Había quienes le llamaban el "gurú" por haber anticipado muchas de las cosas que, con el tiempo, fueron sucediendo. Cuando preguntabas por él, todo eran alabanzas a pesar de ser un profesor duro y exigente.
En el año 97, tercero de carrera, empezó su asignatura. Llegaba puntual, germánico. Sus clases eran amenas y muy interesantes. La asignatura complicada. La exigencia elevada. El libro era aquel sólo comparable con el que tuvimos en cuarto de Marketing. Números, balances, organización,... ¿Y para qué nos sirve todo esto? Nos preguntábamos unos cuantos. Años más tarde tuve la respuesta: de mis años en Pamplona sólo conservo unos pocos libros, y uno de ellos es el libro de Empresa de D. Alfonso Nieto.
Aquel tercero de carrera tuve un pequeño problema académico con él, grande en aquel momento para mi, que no viene al caso pero hizo que me demostrara su enorme humanidad, su cercanía y su cariño. Me dijo muchas cosas y me habló del futuro. Me hizo ver lo importante que era todo lo que contenía su libro para mi propio desarrollo profesional y personal. Cuando salí de su despacho, el problema parecía que no existía. Me había convencido a pesar de que nos volveríamos a ver en septiembre!
Coincido con muchos de mis amigos de aquellos años universitarios en que hay profesores que dejan huella por muy exigentes que hayan sido. Cuando lo recordamos, Don Alfonso Nieto siempre sale entre ellos.
Miguel Ibabe Botella, alumno de D. Alfonso Nieto en el curso académico 1997-1998
Solo le conozco a nivel personal, no académico, pero cuando he leido el final del post he recordado una frase que he oido alguna vez: "a determinados profesores, ni los años ni la confianza les quitan nunca el Don de delante de su nombre"
ResponderEliminarYo conozco pocos, y se ve que este es uno más de esa lista